jueves, 11 de junio de 2009

1-0

Perú, el último del torneo, el colero indiscutido de la eliminatoria suramericana, era una montonera que intentaba rechazar, quemar tiempo y que insinuaba querer un contragolpe. El espacio aquí es muy corto para, al menos, enumerar las opciones de gol y las aproximaciones al arco peruano: antes y después de su gol, Falcao García pateo tres veces, Wason Rentería lo intentó otras dos, Camilo Zúñiga se animó, Vladimir Marín tuvo un tiro libre ahí no más, a Fabián Vargas y a Freddy Guarín se les engatillaron disparos... El 1-0 con el que acabó el primer tiempo resultó muy benévolo para una selección peruana que no le pateó al portero David Ospina y que se beneficio de la falta de pegada, de golpe noqueador, de la Selección Colombia que, más allá de todo eso, ganaba, que era lo vital, lo importante. Eso precisamente, más contundencia, buscó el técnico local, Eduardo Lara, con el cambio de Wason por Rodallega al comenzar la segunda etapa del partido. Luego, Vargas pidió el cambio y lo relevó Abel Aguilar (9 minutos del segundo tiempo).El marco del partido seguía igual, con Colombia creando opciones y aproximaciones de gol que no metían Rodallega, Torres o Falcao, guiados de nuevo por la gambeta de Zúñiga. Eso sí: Perú comenzó a sacudirse y Johan Fano pateó dos veces y el guardameta David Ospina falló un puñetazo. El duelo era entre una pantera hambrienta y un burro amarrado, pero Colombia se apiadaba del rival o Butrón volaba y metía las manos. Para tratar de liquidar el partido, Pino relevó a Macnelly (21 ST), pero el segundo gol no llegaba, aunque la pelota pasó sola en la cara del Butrón, Pino perdió otra opción de frente al arco, Falcao no pescó un rebote, Rodallega remató mordido... Perú, sin embargo, se soltó y aprovechando la espalda de los centrales, porque Marín y Zúñiga no regresaban, metió miedo con Paolo Guerrero y Johan Fano, y el resultado se arriesgó. Colombia se jugó al ataque y dejó el partido servido para una sorpresa peruana en el mano a mano. Así, los últimos 10 minutos fueron de suspenso y dientes apretados para los 30.000 espectadores que, más allá de lo que bien pudo ser una goleada colombiana, terminó siendo un 1-0 sufrido, tenso, pero importantísimo para Colombia en la eliminatoria.

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